Recibe este nombre porque D. Manuel Laza Palacio último investigador de la cueva, la descubrió el 12 de octubre de 1951, día de la Virgen del Pilar, colocando en una hornacina natural de la misma, una imagen de la virgen.

Cuando se produjeron los distintos trabajos para encontrar la cavidad, en la tierra que se extrajo aparecieron diferentes restos de dos épocas muy diferentes, por un lado cerámicas de la prehistoria, concretamente del neolítico y, por otro, diferentes piezas de sílex muy talladas y cortantes, utilizadas por los primitivos para desgarrar animales y cortar alimento. Ya de la época árabe se encontraron cerámicas, un pequeño crisol utilizado para fundir metales, un candil en cuyo interior se encontraron 6 monedas de oro pertenecientes al rey almorávide Tesufin Ibn Alí.