Cueva del Tesoro - Información general

     La Cueva del Tesoro se halla sobre uno de los Cantales, o pequeños acantilados, que en forma de promontorios calizos de la época jurásica se asoman al mar por esta parte de la costa mediterránea. El mar es el principal agente erosivo que ha contribuido a la formación del actual relieve de los Cantales. A través de milenios se han ido originando las cuevas y acantilados que hoy son lo característico de este paisaje.

     Rincón de la Victoria cuenta con una de las tres únicas cuevas de origen marino que se conocen en el mundo. Es la única de estas características en el Continente Europeo; las otras dos se descubrieron en Asia y América Central.

     El mar formó galerías típicas de cuevas submarinas, con columnas y gargantas que son la base de la Cueva del Tesoro. Más tarde, una vez emergida la zona sobre el nivel del mar, filtraciones de agua dulce fueron constituyendo formaciones de estalactitas y estalagmitas, propias de cuevas de origen terrestre y de la erosión por agua dulce.

    La cueva es sobre todo conocida por la leyenda que la rodea, sobre la existencia de un tesoro escondido en una de sus grutas durante la época árabe. Esta tradición se refleja en los escritos del siglo XVII de Fray Antonio Agustín de Milla y Suazo. El tesoro fue escondido por el emperador de los almorávides Tasufín ibn Alí en el siglo XII.

Características morfológicas de la Cueva del Tesoro
     Desde el punto de vista arqueológico tiene un gran importancia por haberse encontrado restos del Paleolítico (época Solutrense) y Edad de Bronce.

      El complejo subterráneo de La Cueva del Tesoro, conocida también como Cueva del Higuerón, está formado por varias cavidades que poseen muestras de Arte Rupestre.

     Centrándonos en la Cueva del Tesoro, hay que decir que tiene unas formaciones calizas típicas de las cuevas originadas en las profundidades marinas. La acción de las corrientes y el oleaje hace que se vayan erosionando las partes más blandas y, queden en forma de columnas y vetas de caliza las más fuertes. Más tarde, cuando las tierras emergieron, las filtraciones de agua dulce han creado algunas estalactitas y estalagmitas. Sin embargo, esto es lo menos significativo de la cueva.

La Cueva del Tesoro durante su historia
     La Cueva del Tesoro ha estado vinculada a múltiples leyendas y hechos históricos relacionados con el supuesto tesoro que se cree todavía escondido en su interior.
Por los estudios de D. Manuel Laza, profesor y entusiasta estudioso de la cueva, conocemos la historia de la cueva en las distintas épocas. Asimismo se conservan sus "Cuadernos de Excavaciones" donde se nos informa de los trabajos arqueológicos por él llevados a cabo.

    Los datos más antiguos que tenemos de la Cueva del Tesoro y de la leyenda de los Cinco Reyes se remontan al siglo XVIII. Un ilustrado local, D. Cristóbal Medina Conde, publica en 1789, bajo el seudónimo de Cecilio García de la Leña, la obra titulada "Conversaciones Históricas Malagueñas". Según esta obra, fue utilizada la Cueva del Higuerón (actual Cueva del Tesoro) en el año 86 a.c. por Marco Craso para refugiarse durante ocho meses en los que fue perseguido por Mario y Cinna. La tradición del refugio de Marco Craso en la cueva es más antigua porque el propio Medina Conde la recoge de un autor anterior, de finales del siglo XVII, que ya menciona también la del tesoro. Se trata de Fray Antonio Agustín de Milla y Suazo.

La tradición del tesoro y su búsqueda hasta la actualidad
     Es antigua la tradición oral y escrita que recoge la existencia de un tesoro escondido durante la época árabe en la Cueva del Higuerón. Esta tradición ya se refleja en la obra de Fray Antonio Agustín de Milla y Suazo (Siglo XVII)

     Según D. Manuel Laza, este tesoro fue mandado esconder por el emperador de los almorávides Tasufin ibn Alí en el siglo XII. Para ello se basa en algunos hallazgos y en el análisis de las fuentes de la época árabe en España.

     El tesoro ha tenido diversos buscadores en los tres últimos siglos.

     La historia del suizo que dio nombre a la cueva durante años es la siguiente. Antonio de la Nari atraído por la leyenda de los Cinco Reyes Moros, vino a Málaga a principios del siglo XIX y se dedicó a buscar el tesoro de la Cueva del Higuerón. Varios escritores de la época dan fe de su trágica muerte, destrozado por la explosión de un barreno en 1847. Una leyenda de terror y misterio se extendió por la zona. Durante la noche vagaba en pena su alma por las soledades de El Cantal Alto. Muchos vecinos atestiguaban apariciones terroríficas. Este utilizó la pólvora para abrir nuevas galerías y fue el descubridor de una parte de la cueva que estaba taponada y oculta desde hacía siglos.

     D. Manuel Laza creyó en la existencia del tesoro y los hallazgos que relaciona con el mismo son:

a) Hallazgo en el siglo XVIII de una porción de granates (según el relato de Medina Conde)
b) Aparición en las cercanías de un tesorillo de seis monedas almorávides de oro de la época de Yusuf ibn Tasufin. Este hallazgo y los siguientes son de la época de Manuel Laza.
c) La rotura y desaparición de los niveles arqueológicos normales en toda gruta prehistórica en la parte del centro en una de las salas de la Cueva (Sala de la Virgen).
d) Hallazgo de tres puertas o torcas que daban a la misma sala de la cueva y que habían sido taponadas de forma artificial con grandes piedras. Tras quitar estas piedras aparecieron con ellas restos de cerámica árabe vidriada, similar a la aparecida en la cercana ciudad árabe de Bezmiliana.
e) En la misma sala se encontró una sima llena de grandes piedras y barro. La posición de estos materiales hacía pensar que se trataba de un relleno artificial.

     Estos hallazgos y otros posteriores hicieron creer a Manuel Laza que se encontraba muy cerca del tesoro y que siguiendo la investigación alguien lo encontrará alguna vez.

Los hallazgos arqueológicos
     Los restos aparecidos en estas excavaciones, de los que se puede observar una muestra en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, los clasificamos en los siguientes grupos:

a) Cerámica correspondiente al Neolítico de la cueva.
b) Industria lítica.
c) Restos humanos.
d) Restos de animales incluso del Paleolítico Superior.

Santuario de la Diosa Noctiluca
     En relación con la Cueva del Tesoro hay una serie de leyendas y curiosidades que forman parte de la tradición de estos pueblos marineros de la costa mediterránea. De entre ellas destacamos la siguiente:

     Según los estudios de D. Manuel Laza, se sitúa en la cueva el antiguo Santuario de la Diosa Noctiluca. "Es razonable pensar que los colonos fenicios pusieran la ciudad que fundaban bajo el patrocinio de la antiquísima diosa, que era adorada en estas costas..."

     Esa diosa era la reina de los cielos y de la tierra. De ahí que la ciudad de Málaga fuese llamada Malaca, es decir, reina. Ya dijimos que Festo Avieno llamó al numen protector de estas costas Noctiluca. Es la misma diosa mediterránea adorada desde los tiempos prehistóricos por todos los pueblos ubicados en la orilla del Mare Nostrum.

    Su carácter y atributos han sido estudiados exhaustivamente. Diosa de la fecundidad, de la vida y de la muerte. Su nombre cambia según las lenguas de los pueblos que la veneraban. Sus templos eran las cavernas de las montañas. Su imagen en los cielos era la luna en sus distintas fases y en la tierra su imagen era una piedra basta, un betilo.