Recibe el nombre por el ligero aumento de temperatura en su interior debido a que nos encontramos en la sala más profunda que se visita en la cueva.
También llamada así por la formidable hondura que se observa desde la barandilla final de la parte adaptada a visitas, da paso, tanto por lo alto como por la hondonada del fondo, a galerías de la cueva que se adentran en el interior y llegan hasta un muy pronunciado derrumbadero de rocas sueltas que acaban en un estrechamiento. Se trabajó, en los años 59 a 60, al final de esa zona, en un pozo vertical, sin resultado alguno, ni arqueológico ni de otra índole. Es una zona virgen y no muestra signos de haber estado habitada o haber sido frecuentada por el hombre en período alguno.
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