Museo Artes Populares de Benagalbón

 

 

El Museo de Artes Populares nació de la mano de las "Semanas Culturales" organizadas periódicamente en la localidad. Éstas incluyen entre sus actividades, exposiciones en la biblioteca pública, y de éstas surgió la idea de realizar entre los vecinos una campaña de recogida de material cultural que se relacionase con su pasado.

Con el trabajo de la principal promotora de la idea, Dª. Natividad Díaz, fueron recolectándose los fondos del museo y montándose en unidades ambientadas, que representan las distintas actividades rurales de la zona y los diferentes espacios de una casa tradicional. El Museo de Artes y Tradiciones Populares se inauguró en la Semana Cultural de 1993, como una de las principales actividades de ésta, y tuvo enorme aceptación entre la población.

Características y Espacios Expositivos

El museo se ubica en un gran espacio flexible de planta irregular, que se ha aprovechado para crear distintos ambientes, de continuidad expositiva ininterrumpida, donde se instalan las distintas colecciones, con un cierto atisbo de ordenación por actividades y espacios de la casa tradicional, sin existir una separación física o conceptual clara entre las distintas unidades expositivas.

La primera unidad de exhibición simula una panadería o tahona, donde se ha construido la simulación de un horno de pan, junto al que se ha dispuesto una artesa de madera, con sus cedazos para cribar la harina, y amasar el pan, así como palas para introducir la masa moldeada en el horno y sacar el pan ya cocido.

Anexo a ésta, conformando una unidad de exposición independiente, se ha dispuesto una tienda con su estantería y mostrador, donde se han instalado de forma ambientada: balanzas, piezas de distintas medidas, sobre el mostrador; y en la estantería una cartilla de racionamiento de tabaco, una máquina de liar los cigarrillos, distintos botes y envoltorios de productos alimenticios, etc. Junto a la estantería, directamente sobre el suelo, se expone un báscula para pesar objetos voluminosos, una romana, medidor y extractor de aceite. Junto a ello, se expone un curiosísimo teléfono antiguo de colgar, con manivela, y una ruleta realizada con estructura de metal y cristales de distintos colores, juego de los más populares de las antiguas fiestas y tabernas.

Frente a esta segunda unidad se encuentra la tercera unidad expositiva donde se disponen los objetos relacionados con las labores del campo colgados en las paredes, incluyendo diversos tipos de arados tradicionales así como diferentes arreos para enjaezar las bestias: los frontiles (cabezales para los bufos de las monturas), el horcate o la barriguera. Para preparar las bestias para la labranza y el transporte se presentan varios yugos o ubios, así como las aguaderas o cantareras, los cerones de esparto, etc. También se exponen dos tipos de trillo. La tradicional tabla de madera en la que se disponen clavadas en su parte inferior hiladas de piedras, y el trillo más moderno con estructura de ruedas dentadas metálicas.

El vino se encuentra representado en la unidad expositiva cuarta, donde la pasa, como producto más típico de la tierra, es la reina de la exposición. Entre otros objetos, podemos destacar el frutero con almohadilla en su base, para el transporte humano de la pasa desde las viñas a los paseros, cuyo cuidado debe extremarse, pues el polvillo blancuzco que cubre la uva ya madura debe conservarse para el perfecto secado de la pasa en los paseros, reproducidos en una maqueta que representa una casa de labor, expuesta en esta unidad. Junto a ellos, se encuentran diversas podaderas de vid y de sarmientos, formaletes para "picar" la pasa, moldes para componer los "seretes" y cajas de pasas, de las que se muestran algunos ejemplos antiguos, así como fotografías que facilitan la comprensión de los objetos en su tradicional uso, dando al espectador una visión útil de las colecciones.

De aquí pasamos a la quinta unidad expositiva, donde se ha montado de forma ambientada la cocina. En primer lugar, encontramos colgado del techo un camal, donde se colocaba al cerdo tras la matanza, y la posterior confección de los productos que se obtienen de este animal. La cocina, ambientada con la construcción en obra de una chimenea con fuegos y estantes para su menaje, expone muebles plateros con loza antigua, así como almireceros con sus correspondientes almiceres. Sobre la estructura de obra, se disponen ollas de distintos tamaños, faroles y candiles, porrones, calderos y espumaderas o paletas, buñoleras, planchas de carbón, tablas para la elaboración de quesos; y junto a todo ello dos grandes máquinas relacionadas con el café: una para tostarlo y la otra para hacerlo.

Próxima a esta unidad, en una de las pocas vitrinas del museo, se exponen algunos documentos relacionados con la localidad. Junto a ella se encuentra la sexta unidad expositiva ambientada del museo: el comedor, centrado por una mesa con sus cuatro sillas, encima de la cual se encuentra una bella lámpara de cristal.

Como última unidad expositiva, la séptima, se expone el dormitorio, ambientado como un diorama, y compuesto por una cama antigua de estructura metálica con ropa de cama tradicional, una cómoda, la cuna infantil, baúl y arca, y dos asesos con aguamaniles, uno de señora en metal y otro en madera para los caballeros.

 

 

HORARIO (CERRADO TEMPORALMENTE)

 -De Martes a Viernes 

Mañanas: 11:00-13:30

Tardes:16:00-17:30

ENTRADA GRATUITA

Destinatario: Todas las edades. 

LUGAR:

C/ Canalizo 2 A, 29738 , Benagalbón